Descubiertas moléculas orgánicas complejas alrededor de una joven

2022-09-03 08:35:48 By : Ms. GREAT SAFETY

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Ilustración del disco protoplanetario que rodea a la joven estrella MWC 480

Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto la presencia de dos  moléculas orgánicas complejas, cianuro de metilo y ácido cianhídrico, en los confines del disco protoplanetario de la joven estrella MWC 480, situada a 455 años luz de distancia en la constelación de Tauro. Este tipo de moléculas, basadas en el carbono, son componentes esenciales para la formación de la vida y reafirman la teoría de que las condiciones que dieron lugar al origen de la vida en el sistema solar son comunes en el Universo. El hallazgo se ha hecho gracias al telescopio ALMA, situado en la cordillera de los Andes, en Chile, y se ha publicado en la revista Nature.

Desde hace algún tiempo, los astrónomos saben que las frías y oscuras nubes interestelares son un espacio propicio para la formación de moléculas orgánicas complejas, como los cianuros. Estas moléculas son importantes porque contienen enlaces de carbono y nitrógeno, que son los ladrillos fundamentales de los aminoácidos que, a su vez, constituyen los elementos básicos para la creación de proteínas. Este tipo de enlaces, pues, son esenciales para la vida tal como la conocemos.

Una vez formadas estas moléculas complejas en el espacio interestelar, se incorporan a los discos protoplanetarios. Estos discos son concentraciones de material que giran alrededor de estrellas que, como la MWC4800, son muy jóvenes. De hecho, sólo tiene alrededor de un millón de años, en comparación con los 4.600 millones de años del Sol. Tanto las moléculas de cianuro de metilo como las de ácido cianhídrico se encuentran en concentraciones muy similares a las de los cometas del Sistema Solar.

"Con estos ingredientes básicos y un entorno favorable, podría seguirse el mismo proceso que tuvo lugar en la Tierra y surgir seres vivos basados en la química del carbono", asegura a Big Vang José Miguel Mas Hesse, del Centro de Astrobiología INTA-CSIC y del nodo español del Observatorio Austral Europeo (ESO).

El estudio, liderado por astrónomos del Centro de Astrofísica de Cambridge (Reino Unido), el Observatorio Leiden (Países Bajos) y la Universidad de Kobe (Japón), ha sido posible gracias al radiotelescopio ALMA, operado por el ESO y capaz de medir ondas de radio en frecuencias muy altas. "Cada molécula emite radiaciones a unas energías muy precisas y con un instrumento de estas características se puede saber qué moléculas se encuentran en la región observada", explica el astrofísico Mas Hesse.

Algunos estudios previos ya habían demostrado que los ambientes interestelares fríos eran un buen entorno para la generación de moléculas orgánicas complejas, pero hasta el momento no se había podido confirmar que pudieran sobrevivir en un ambiente tan energéticamente inestable como el de una joven estrella. Gracias a las observaciones realizadas con ALMA, los astrónomos han podido comprobar que estas moléculas no sólo sobreviven, sino que prosperan. Y lo que resulta más interesante: son mucho más abundantes que las identificadas en las nubes interestelares, lo que sugiere que los discos protoplanetarios resultan muy eficientes en la creación de estas moléculas y que las generan en escalas de tiempo relativamente cortas.

El estudio publicado en Nature propone que es probable que estas moléculas orgánicas sean transportadas en cometas y otros cuerpos helados a entornos más propicios para la vida, una de las teorías actuales para explicar el origen del agua y la vida enla Tierra. Se cree que los cometas y asteroides se formaron hace unos 4.500 millones de años, en las primeras fases del Sistema Solar, a partir del material remanente del disco protoplanetaria tras la formación de los planetas. Y que al chocar contra el joven planeta Tierra, lo fueron enriqueciendo con agua y también moléculas orgánicas.

"Esto es importante porque nos muestra que hay entornos parecidos al nuestro y que las condiciones que lo generaron no son únicas", explica Mas Hesse, del Centro de Astrobiología INTA-CSIC, que también considera que "este estudio no sólo nos da datos de un nuevo sistema estelar, sino que nos ayuda a comprender cuáles fueron las condiciones para que surgiera la vida en nuestro planeta".

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