La combinación de gel de Aloe vera y aceite de Rosa es capaz de controlar su fisiología y pérdidas de calidad en poscosecha
Los frutos climatéricos tienen un patrón común de maduración, presentando un incremento en la producción de etileno y como consecuencia de éste existe una rápida maduración y pérdida de la calidad de los frutos. La pérdida de calidad durante el almacenamiento post-recolección viene acompañada en la mayoría de los casos con problemas severos de pérdidas de calidad, sobre maduración, aparición de podredumbres, lo que hace inviable su comercialización y consumo (Valero y Serrano, 2010).
El uso de recubrimientos comestibles a partir de polisacáridos ha conllevado al desarrollo de nuevos tipos de recubrimientos para extender la vida de almacenamiento de las frutas y hortalizas debido de las permeabilidades selectivas de estos polímeros a O2 y CO2. Los recubrimientos a base de polisacáridos y lípidos se pueden utilizar para modificar la atmósfera interna de los frutos y de este modo retardar su senescencia (Pérez-Gago, et al., 2005).
En el caso de las frutas y hortalizas, las formulaciones de los recubrimientos comestibles, deben ser capaces de mojar y extenderse uniformemente sobre la superficie, secarse, tener una adecuada adherencia, cohesión y durabilidad para funcionar correctamente (Krochta y Mulder-Johnston, 1997). Estas propiedades pueden contribuir a extender la vida útil de las frutas mediante la reducción de las pérdidas de agua y la migración de solutos, el intercambio de gases, la respiración y las velocidades de reacción de oxidación, así como mediante la reducción o incluso la supresión de fisiopatías (Baldwin et al, 1996; Park, 1999).
Los recubrimientos comestibles pueden actuar sobre los frutos para mejorar su apariencia, retrasar la maduración y extender la vida útil y además actuar como soportes de aditivos alimentarios tales como antioxidantes y agentes antimicrobianos (Valero y Serrano, 2010).
Aplicaciones de geles de Aloe en poscosecha
Actualmente, existe un gran interés en utilizar el gel de Aloe vera en la industria alimentaria para su uso como un ingrediente funcional. En los últimos años se ha establecido un protocolo de obtención y procesado de gel de Aloe vera con el fin de garantizar la calidad y seguridad, y evitar así mismo el fraude en este tipo de producto (He et al., 2005).
Los geles de Aloe vera contienen más de 75 nutrientes y 200 compuestos activos, incluyendo el polisacáridos (acemanano), antraquinonas, saponinas, vitaminas, enzimas, minerales, lignina, ácido salicílico y aminoácidos (Kumar et al., 2014).
Asimismo, se han realizado muchos trabajos que han demostrado que el uso del gel de Aloe vera como recubrimiento comestible es capaz de prolongar la vida útil de frutas como en cerezas, uva de mesa y nectarinas, retrasando los parámetros relacionados con el deterioro desde el punto de vista de la calidad y mejorando sus propiedades funcionales (Valverde et al., 2005; Martínez-Romero et al., 2006; Serrano et al., 2006; Castillo et al., 2010; Navarro et al., 2011). Además, se ha visto que tiene una gran capacidad para el control de microorganismos causantes de podredumbres en frutas como Botrytis cinérea, Penicillium digitatum, Penicillium expamsum, Alternaria alternate y otros (Navarro et al., 2011; Jasso de Rodriguez et al., 2005). La actividad anti-fúngica del Aloe vera está basada en la supresión de la germinación y la inhibición del crecimiento del micelio, y ha sido atribuida a la presencia de más de un compuesto activo con acción anti-fúngica (Ali et al., 1999), aunque el mecanismo de acción específico aún se desconoce. Es conocido que algunos componentes individuales que se encuentran en los geles de Aloe vera, tales como saponinas, acemanano y antraquinonas, poseen actividad antimicrobiana (Martínez-Romero et al., 2003), e incluso por las condiciones climáticas del cultivo (luz ultravioleta y sequedad) pueden variar su concentración en los geles (Zapata et al., 2013).
El aceite de Rosa mosqueta procede de las semillas de los frutos de un arbusto de la familia de las Rosaceae y de las especies: Rosa mosqueta, la Rosa canina y a la Rosa rubiginosa.
El aceite Rosa mosqueta corresponde a una sustancia oleosa (grasa) no volátil. En general los lípidos son compuestos insolubles en agua, solubles en solventes no polares (éter de petróleo, hexano, benceno, éter) y no volátiles, lo que los diferencia de las esencias (Montes et al., 1992).
Desde el punto de vista de la cosmética y de la medicina, debido a alguno de sus componentes, es ideal para mantener la piel húmeda, previene de arrugas y estrías, atenúa las cicatrices y quemaduras. Además favorece la regeneración celular y evita la sequedad de la piel. Además, a partir del aceite puro, se han cremas, champús y jabones, entre otros. Por otro lado, se ha introducido, en mucha menor medida, en la industria alimentaria, desarrollándose el aceite de Rosa mosqueta comestible, tratándose de un aceite saludable, que es especialmente importante para el organismo debido a la gran proporción de ácidos grasos esenciales poli-insaturados, como es el ácido linoleico y linolénico, ambos de vital importancia para el correcto funcionamiento del cuerpo humano (Masson, 2012).
La efectividad de los recubrimientos lipídicos depende de la composición de los mismos, de su concentración final, de su estado físico, del grado de insaturación, del tamaño de los glóbulos grasos y del nivel de agregación (Baldwin et al., 1997; Morillon et al., 2002). El aceite de Rosa mosqueta es un compuesto complejo constituido principalmente por ácidos grasos mono y poli-insaturados.
Efecto de los recubrimientos comestibles con geles de Aloe vera y Rosa mosqueta sobre fisiología y calidad de la fruta
Como era de esperar, en todos los frutos control los parámetros de maduración, como color, firmeza del fruto y la relación Sólidos Solubles y Acidez Total mostraron cambios significativos respecto a los niveles iniciales. Sin embargo, el recubrimiento comestible permitió mantener estos parámetros de calidad y su vida útil, principalmente aquellos frutos que presentan un climaterio más intenso o con una mayor producción de etileno.
La combinación de gel de Aloe vera y aceite de Rosa mosqueta es una buen recubrimiento comestible poscosecha para frutos, ya que es capaz de controlar su fisiología y pérdidas de calidad, así como, reducir la aparición de daños por frío cuando estos están sometidos a bajas temperaturas.
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