Cuanto más grande es la ópera, más grande es su capítulo de posibles accidentes.La nueva producción de la Ópera Nacional Inglesa del ciclo El anillo de Wagner, construida a lo largo de varias temporadas, es su mayor esfuerzo en años, y para la presentación inicial de La valquiria abundaron los fallos.Dos miembros cruciales del reparto tenían resfriados, mientras que las preocupaciones de salud y seguridad con el Consejo de Westminster sofocaron el fuego para la escena final.El encendido intermitente resultó ser, de hecho, un tema recurrente.Para el vasto drama de Wagner sobre la caída del poder a través de contratos dudosos, la bajeza moral y la máxima vulnerabilidad de los dioses y los monstruos, el director Richard Jones y el diseñador Stewart Laing han creado, qué más, un escenario postapocalíptico pesimista: un mundo de árboles estériles y nieve negra.El inmortal Wotan, que en el alemán original anhela “das Ende”, en la nueva traducción de John Deathridge contempla la “extinción”.Todo esto estaría bien, si los fallos de encendido no fueran tan abundantes.Solo dos ejemplos son una figura que baila frenéticamente dando tumbos en la "Cabalgata de las valquirias", y Wotan gastando la mitad de la "Música del fuego mágico" enganchando a la comatosa Brünnhilde en un arnés izable.Estoy empezando a extrañar los conciertos semi-escenificados.Suficiente de eso, porque el elenco es excelente.La verdadera chispa provino de Wotan de Matthew Rose y Brünnhilde de Rachel Nicholls.Debutando en un papel que parece haber nacido para cantar, Rose combinó una presencia contundente con una voz que iba desde lava fundida hasta imponentes picos con bordes de granito.Nicholls, una Brünnhilde experimentada, se convirtió en la perfecta adolescente rebelde.Los desafortunados gemelos Siegmund y Sieglinde, Nicky Spence y Emma Bell, nunca coincidieron del todo;La música de amor extasiado de Wagner avanzaba pesadamente, aunque quizás el resfriado de Spence fuera el responsable.Brindley Sherratt estuvo magnífico como el esposo de Sieglinde, Hunding, quien hizo que comer de una lata fuera una señal aterradora de intenciones asesinas.Susan Bickley como Fricka también estaba resfriada y caminó en su humillación crucial de Wotan;una verdadera superheroína, la mezzosoprano Claire Barnett-Jones, la cantó desde un costado con natural convicción, antes de retomar su papel oficial como valquiria.En el famoso "Ride", ella y sus siete hermanas, un elenco de lujo que incluía a Nadine Benjamin, Fleur Barron y más, finalmente levantaron un techo que a veces había amenazado con quedarse quieto.La Orquesta ENO fue principalmente fuerte, con el director musical Martyn Brabbins como un acompañante sensible y solidario para sus cantantes.Aquí está la esperanza de que el fuego pronto se restablezca tanto en el escenario como en el vientre.Reservados todos los derechos.© 2021 Associated Newspapers Limited.